ARTISTA PLÁSTICO

jueves, 8 de diciembre de 2011

Reportaje fotográfico de Manuel Xineiro en la casa de Acacio Puig


Las casas en las que vive Acacio, se colman pronto de personalidad. He conocido tres: una en Madrid, en la Calle Ríos Rosas, otra en el centro de Palencia: una magnífica casa de dos plantas del legado familiar y, por fin, una pequeña y simpática casa en Riaguas de San Bartolomé, una casa de pueblo "la del médico". De ésta última os dejo un reportaje fotográfico de Manuel Xineiro, un excelente fotógrafo y amigo de Acacio Puig.
Mateo Santamarta










miércoles, 2 de noviembre de 2011

GUSTAVE COURBET, EL SUEÑO DE LA COMUNA. A.Puig (Viento Sur)




Gustave Courbet: el sueño de La Comuna.
Han transcurrido 140 años desde la derrota en Francia de la primera gran revolución social moderna: La Comuna. Sin embargo, como se clamaba durante la conmemoración de su primer centenario en las calles  de Paris, La Comuna no ha muerto. Acontecimiento vivo, jalonado este año 2011 en Francia por decenas de actividades en ciudades, barrios y pueblos (actividades que frecuentemente concluían con el vibrante canto de La Internacional) la gesta de La Comuna y el fraternal recuerdo hacia quienes  la defendieron a sangre y fuego, forma parte de la memoria de todos los combates posteriores por cambiar el mundo de base.
Excepcional referente de la posibilidad de “completa emancipación política y económica de los trabajadores, la Comuna, causa del proletariado mundial,  sigue viviendo  porque encarna la causa de la revolución social” (1). Reivindicada por el común, la fracasada revolución de 1871  constituye desde entonces estímulo y lección para las más diversas corrientes del socialismo revolucionario.
Rescatar al Courbet militante, de profesión pintor, delegado por el sexto distrito de Paris al Consejo de la Comuna y artífice de la Federación de Artistas, parece también más que apropiado en tiempos de flojera, deserciones y confusión. Nuevos tiempos en que incluso las mejores gentes del ámbito cultural se resignan al corto (aunque necesario) papel, de generosos compañeros de viaje, que legitiman el apoyo a tantas causas de riesgo, aquellas que no encajan en el andamiaje de la corrección política y el engrase del capitalismo realmente existente.
Rescatar a Courbet es rescatar al revolucionario que se definía escribiendo “no solo soy socialista, sino también demócrata y republicano, es decir, partidario de cualquier revolución”… y es también retomar el trabajo de un pintor que  forma parte por derecho propio de la Gran Historia del Arte como artífice decimonónico de aquellas rupturas ético-estéticas que deseaba capaces de representar lo esencial de  su época.



Construyendo  identidad como artista y como revolucionario.
“Ser capaz de representar las costumbres, las ideas, el aspecto de mi época; ser no solo un pintor, sino un hombre, en pocas palabras, hacer arte vivo, esa es mi intención” escribía Courbet en su catálogo de 1855,  ya inmerso en su desafío a la Exposición Universal.