El Postre, como
subproducto del ejercicio del arte, no es tan habitual como reseñan libros y
crónicas. Nada de eso…Mucho cuento. Sin embargo, hubo tiempos mejores. Los años
1992 y 1993 fueron años de “menú completo” gracias al aprovechamiento de la
puerta que me entre abrió a Babelia mi viejo amigo Nacho Montejo. Durante esos
años, ilustré mucho y creo que con acierto. Después cambiaron tornas y gentes
de departamento de diseño… Pero fue bonito, mientras duró. Como este blog tiene
algo de diario, inserto a continuación algunas muestras de aquel tiempo de
colaboraciones en ese suplemento cultural.
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